El pasado 10 de Febrero dentro del curso anual del Mundo Árabe en la Encrucijada, Jesús Núñez nos dibujó un mapa de los conflictos del mundo árabe e Irán con
su pertinente diagnóstico. Aunque parezca que estamos contaminados por las
opiniones negativas de los medios de comunicación, la realidad es que es
difícil tener una imagen positiva del mapa del mundo árabe porque en él se
suceden muchos conflictos y algunos muy violentos. El autor señala, por otro
lado, que el término revolución que se usa hoy en día en los últimos
acontecimientos del mundo árabe, no es recomendable puesto que lo que ha
ocurrido son movilizaciones ciudadanas que en algunos lugares han desembocado
en guerra civil.
Se nos ha vendido la imagen de primavera árabe, un término propagandístico
y que hace pensar en un futuro democrático para muchos países del mundo árabe,
y que puede parecer equivoco. La famosa primavera árabe ha servido para que
haya 4 dictadores menos en el mundo, que es una muy buena noticia. Sin embargo,
la caída de esos dictadores no supone la instauración de una democracia real,
participativa y representativa. Quizá se podría decir que los países árabes
están en camino de sentar las bases de esa democracia. A decir verdad, Túnez
parece el único que podría llevar este proceso a buen término, entendiendo
democracia como un concepto muy estandarizado. Los demás países están en un stand
by, una balanza que no se sabe hacia donde se va a inclinar, si hacia una
pseudo-democracia, un régimen político-militar o un estado político islamista.
De hecho, si en Túnez el proceso no da los frutos esperados, es muy difícil que
en el resto de países sí los den.
En los 90, ya se hablaba de un arco
de crisis, que iba desde Mauritania hasta Afganistán, aunque no era
estrictamente árabe. Cuando acaba la guerra fría y la confrontación bipolar
desaparece, entonces se formula la teoría de choque de civilizaciones de
Huntington. En ese momento se habla de una confrontación entre el Islam y
Occidente como si fueran actores, que estarían condenados a enfrentarse toda la
vida. Esto propagó una visión negativa de Islam entre la sociedad occidental,
revistiéndose de todo tipo de connotaciones: antidemocrático, terrorista, etc.
Es cierto que el mundo árabe es sinónimo de
conflicto entre los ciudadanos occidentales y resulta difícil llevar la
contraria a esta idea. Pero estos conflictos pueden ser tanto violentos como no
violentos. A continuación se hace un repaso de los principales países en
conflicto para hacernos una idea de la situación en el mundo árabe y en Irán.
Conflictos violentos
Los conflictos violentos tienen su base en la descolonización de S. XX.
Esta descolonización se realizó en función de los intereses de los países
colonizadores, inventándose fronteras nacionales que no respondían a los
intereses o expectativas de los colonizados. Occidente ha obligado a vivir
juntos a comunidades que no tenían ningún futuro en común y que no querían
coexistir y ha contribuido a crear la inestabilidad que se sufre hoy. Se
inventaron países tan artificiales como Kuwait, Líbano o Transjordania (Jordania[XXX1] ). Debido a esas fronteras artificiales y estados
fragmentados existen tantos conflictos intraestatales, es decir, entre
comunidades que pugnan por ser el actor predominante en cada país.
La guerra fría es la otra causa de la gran inestabilidad en oriente próximo
y medio. Moscú y Washington intentaban tomar parte en conflictos donando armas
y así conseguir más países amigos a sus ideologías, la comunista y la liberal,
como por ejemplo en el conflicto árabe-israeli.
El factor detonante de todas estas
movilizaciones sociales ha sido la crisis económica mundial y la mala gestión
de los dictadores. De hecho, la gestión de la mayoría de los regímenes de los
países árabes está basada en unas elites (familias, grupos sociales,
militares, etc.) que reprimen a la población, coartan sus libertades aunque les
proveen de los productos de primera necesidad para “comprar la paz social”. Sin
embargo, con la crisis internacional los regímenes se han visto en la
imposibilidad de subvencionar las necesidades alimenticias básicas de la
población. Consecuentemente, la población se ha revelado y movilizado, dando
lugar a revueltas características como la del pan, la leche o el transporte
público.
[XXX1]Nota ---
siempre dicen que el modelo de descolonización británica ha sido ejemplar…
menos mal, porque si esto es lo ejemplar, no se cuál será el malo.
La pregunta de la noche: ¿Habrá guerra contra Irán?
No va a haber guerra contra Irán, si nos basamos en elementos racionales.
Una cosa son los titulares de los periódicos. Irán tiene dos ejércitos, un
millón y medio de km2, 80 millones de habitantes, industria militar, capacidad
industrial considerable además de un programa nuclear que garantiza la
permanencia del régimen. En la medida en que desarrolla el programa levanta
suspicacias a su alrededor. Pero cualquiera que quiera atacar a Irán, tiene que
pensarlo bien:
· Israel no tiene
capacidad para atacar a Irán, porque no sería un golpe quirúrgico. Seria una
campaña militar sostenida durante meses. Irán se ha diversificado para no poder
ser derrotado de una sola vez. Israel
no tiene capacidad ni aérea ni naval para mantener ese esfuerzo semanas
o meses. Además tendría que violar espacio aéreo árabe, que no es fácil que se
lo permitan. De todas maneras, existen muchos países árabes como Arabia Saudí
que mirarían para otro lado porque están deseando que Irán caiga. Por último,
si Israel ataca, es que ha tenido el beneplácito de Washington:
o De ser así, Irán atacaría a Irak (con un 65%
población chií) lo que provocaría trifulcas entre chiíes y obligaría a EEUU a
mantener sus tropas en el país.
o También
instigaría a Hizbollah para que le pusiera las cosas complicadas a Israel desde
el Líibano.
o Asimismo estimularía a Hamas para que lo desestabilizara desde la Franja
de Gaza a Israel.
o Podría cerrar el estrecho de Ormuz, pero no le
convendría porque es una vía de tránsito comercial por la que pasa todo su gas.
Esta sería la última opción porque se vería dañado al perder el 80% de sus
ingresos del gas y petróleo que obtiene comerciando por ese estrecho.
o También estimularía a la minoría chií de Bahrein,
gobernada por una monarquía suní, como ya ha hecho anteriormente.
o Y también ha demostrado que podría estimular al
20% chií que habita en Arabia Saudí y también en Yemen.
Por todo esto, la influencia de Irán es bastante
notable y perjudicaría a todos los países de la región si se entrase en una
guerra. En general la razón nos dice que:
- Irán no quiere la guerra porque esta intentando consolidar su poder.
- EEUU no quiere la guerra porque esta intentando salirse de esa zona.
- El único que podría romper esta situación es Israel, si se dejase llevar por las ideas de su gobierno y no por los consejos del servicio de inteligencia-Mossad (hace unos días el jefe del Mossad y el jefe del estado mayor israelí han vuelto a insistir en que Irán no es una amenaza sustancial para Israel y que una guerra sería un desastre).
Si quieres leer la transcripción completa de la conferencia de Jesús Núñez que explica la situación de cada país del mundo árabe e Irán, clicka aquí: