En los
últimos años han sido varias las ocasiones en las que el máximo representante
de Naciones Unidas, la institución internacional que marca la agenda política
mundial, ha señalado al cambio climático como una amenaza seria para la paz
y seguridad. Ésta insistencia del Secretario general de la ONU, Ban
Ki-moon, se debe a que en su opinión estamos ante “un escenario alarmante, que
no alarmista”. Esto debería servir de aviso para los más escépticos sobre el
cambio climático y para situar esta cuestión como prioritaria en todos los
gobiernos del planeta.
Hoy en
día casi todas las instituciones internacionales, gobiernos nacionales,
círculos intelectuales y organizaciones sociales son conscientes que existen
numerosos vínculos entre el cambio climático y la paz y seguridad
internacional. Por ello ha sido tema de debate en diferentes escenarios como
por ejemplo una sesión temática y plenaria en el Consejo de Seguridad en 2007.
Aunque no obtuvo ningún acuerdo significativo, por lo menos abrió el debate
internacional. Como dice Javier Solana, lo que en realidad esta en juego es la
propia seguridad humana, porque las condiciones de vida pueden cambiar
notablemente. En el Foro Humanitario Global de 2009 se cifró en 300.000 muertos
anuales y 20 millones de desplazados por motivos relacionados con el cambio
climático.
Casi
todos los llamamientos urgentes de ayuda humanitaria que ha realizado la ONU en
los últimos años han tenido que ver directa o indirectamente con el cambio climático.
Muchos de los ejércitos de diferentes Estados están creando grupos
especializados en catástrofes naturales
o crisis medioambientales, y diversas voces internacionales expertas sobre
temas de defensa establecen que los ejércitos del futuro destinaran más
recursos, tanto humanos como materiales, a problemas de este tipo que a los
tradicionales conflictos armados. Un ejemplo de esto es la UME española, Unidad
Militar de Emergencias, que cada año tiene mas peso en el ejercito. Incluso se
ha planteado en diversos foros la creación de un contingente de “cascos verdes”
bajo el mando de Naciones Unidas que hagan frente a las emergencias
medioambientales. Existe el debate de porqué otorgar estas funciones al
ejército y no a la sociedad civil, parece que sea una excusa para que los
ejércitos sigan teniendo competencias. Los defensores del ejército piensan que
se trata del cuerpo más preparado para esta tarea y los detractores lo ven como
una intromisión en el ámbito civil.
Todos
estos datos nos muestran que lo que empezó como una amenaza hace unas décadas
es hoy una realidad consolidada que nos amenaza seriamente. Los científicos no
se ponen de acuerdo en si el motivo del cambio climático se debe únicamente a
la actividad humana o también a la variabilidad natural del clima. Parece que
hay gran consenso en el origen humano del problema. Aunque se mantenga el debate, sabemos que la actividad humana
tiene mucho que ver, especialmente las actividades relacionadas con la energía
(procesado, transformación, consumo, etc). El 80% de las emisiones de dióxido
de carbono a escala mundial provienen del uso de energía. Lo novedoso de este
problema mundial respecto a otros de la historia es que sabemos el porqué,
el cómo y el cuándo, podemos incluso predecir algunas de sus consecuencias
e impactos. ¿A qué esperamos para actuar con firmeza?
Hace
pocos días tuvo lugar un acuerdo histórico para algunos e insuficiente para
otros. Se trata a lo pactado entre China y EEUU en la cumbre Asia-Pacífico para
reducir por fin las emisiones de dióxido de carbono ya que ambos países son los
responsables de casi el 45% del total de emisiones del mundo. Digo por fin
porque ninguno de los dos redujo las emisiones con el Protocolo de Kioto ( EEUU
no lo ratificó y China al ser considerado en vías de desarrollo no tenia las
mismas obligaciones). Esperemos que esto sirva para que otros países como
Canadá, Brasil, India o Rusia se den por aludidos y se decidan a ratificar las
normativas internacionales. Tras lo dicho, el futuro esta en las energías
renovables porque el consumo poco se puede reducir o es de prever que nadie
quiera reducirlo de forma considerable, ya que tiene un papel fundamental en el
desarrollo económico de nuestro tiempo. O en otro tipo de modelo de desarrollo
cercano a las posturas que ofrece la corriente de decrecimiento, cuya
idea es reducir de forma controlada y progresiva la producción, con el objetivo
de equilibrar la relación entre los seres humanos y la naturaleza. Como dice
Serge Latouche “abandonar el objetivo de crecimiento por el crecimiento”.
El
último informe de Octubre de este mismo año del IPCC ( Intergovernmental Panel
of Climate Change) dice que aun estamos a tiempo y que lo único que hace falta
es voluntad, ya que como he dicho antes conocemos el problema y tenemos los
medios para limitarlo. A diferencia de otros informes este deja a un lado los
catastrofismos y no solo da esperanzas sino que impulsa ideas concretas para
salvarnos del calentamiento del planeta al que estamos abocados si seguimos por
el mismo camino y que tendría consecuencias nefastas. Para poner datos sobre la
mesa el informe establece que tenemos que ser capaces de reducir entre un 40% y
un 70% las emisiones de CO2 antes del año 2050 y llegar al año 2100 con
emisiones nulas. Para lo que hay que actuar YA.
He
hablado de salvarnos y es que el Planeta tiene un nuevo enemigo que es el
cambio climático. Se trata de una amenaza para la paz y seguridad
internacional. Hay una clara conexión entre el acceso limitado a los recursos
naturales y/o limitados y los conflictos. Estos conflictos ya se están dando.
Cada vez serán más los retos que plantee el cambio climático a la seguridad
internacional. Voy a describir algunas de las amenazas a la paz que pueden dar
lugar a conflictos:
-
Perdidas
y alteraciones de territorio. El deshielo tanto de los círculos polares como de
las zonas alpinas pueden dar lugar a cambios importantes en territorios y
fronteras además de la desaparición de países insulares lo que provocaría
Estados sin territorio. Puede alterar el Derecho Público Internacional. Algunos
países se lanzaran a la conquista de los polos para gestionar sus recursos, que
se suponen cuantiosos.
-
Migraciones
cuya causa directa o indirecta es ambiental ya que el impacto del cambio
climático afecta a algunas de las zonas más pobladas del planeta. Pueden ser
internas o internacionales, o voluntarias o forzosas. Algunos han calificado a
estos migrantes como “refugiados” dado el peligro que corren sus vidas si
permanecen en su lugar de origen.
-
Conflicto
por los recursos y más si el acceso a estos esta politizado. Los recursos
naturales como el agua dulce, los alimentos o la pesca pueden verse muy
afectados por el cambio climático lo que provocará tensiones en aquellas zonas
que tengan problemas de abastecimiento. Al ser productos necesarios para los
seres humanos esto puede llevar a los Estados a tomar medidas excepcionales.
También puede haber tensiones por los recursos energéticos y cambios en las
rutas marítimas comerciales lo que puede tener un efecto enorme en la economía
mundial.
-
Daños
en ciudades costeras y sus infraestructuras. Una quinta parte de la población
mundial vive en zonas con riesgo de inundación grave en caso de subida del
nivel del mar por el deshielo de los polos. Esta subida de nivel seria
desastrosa para muchas de sus infraestructuras.
-
El
cambio climático puede dar lugar a más catástrofes naturales y en consecuencia
más crisis humanitarias lo que pone en grave riesgo la paz y seguridad
internacional. Una especial atención requieren los países más frágiles y
débiles porque un empeoramiento de su situación puede provocar situaciones
extremas y la radicalización de la población amenazada en su supervivencia.
-
Presiones
sobre la gobernanza global. En las instituciones internacionales se
concentraran las miradas en busca de soluciones ya que los Estados
individualmente no son capaces de enfrentar estos problemas. Se trata de
problemas globales que requieren soluciones globales y por ello los entes
supranacionales estarían obligados a tomar medidas urgentes y esto se les
exigirá.
El
Presidente de Uganda dijo hace poco que “ el cambio climático es un acto de
agresión mas de los ricos contra los pobres” y no es el único que piensa
esto. Y lo cierto es que no se desvía
mucho de la verdad porque una gran parte del cambio climático se debe a la
contaminación y la era del despilfarro que han protagonizado los países
“ricos”. Los que mas sufren las consecuencias de éste (desastres naturales,
falta de recursos, etc) son los países “pobres”. Zonas como el África Subsahariana,
Oriente Medio, Norte de África, Asia Central y Oceanía ya están notando
claramente los efectos.
Al
igual que con el respeto a los derechos humanos, la Unión Europea tiene que ser
un ejemplo mundial en transformar esta realidad ambiental, ser el primero en
reducir la contaminación y cumplir estrictamente con todas las normas
internacionales al respecto. Porque tiene los medios, tanto intelectuales como
económicos e institucionales, y porque poniéndose al frente de este tipo de
retos es como podrá recuperar su status de potencia mundial.
Igual
de real que el cambio climático es la idea de que se puede cambiar el mundo.
Nos están diciendo los expertos que estamos a tiempo pero el acuerdo mundial no
solo es obligatorio sino también urgente. Todos los avances que hagamos en este
ámbito nos conducirán a un mundo más seguro y pacífico.
BIBLIOGRAFÍA
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Por Mario Coscolin.